jueves, 7 de julio de 2016

Las salas de espera

El otro día me encontraba en la estación de autobuses, y tanto a mi derecha como a mi izquierda tenía a personas de distinta procedencia. Y, según mi vista iba avanzando las filas de asientos había personas de toda clase de países. Os preguntareis o no porque he empezado así y es que veréis, allí todos nosotros nos veíamos diferentes: distinto color de pie, ojos, lenguas, rasgos... pero todos teníamos muchas cosas en común. Todo nosotros estábamos esperando algo, ya era bien un viaje, o persona, o
sencillamente habíamos perdido ese autobús y sin darnos cuenta seguíamos esperándole.

Pensareis que se me ha ido la pinza o algo, pero parad a pensarlo. Tanto un aeropuerto, estación de autobuses, estación de tren, pasan miles de personas cada día y se cruzan miles de historias que no llegan a tocarse. A mi personalmente me fascina. Creo que nuestra vida se podría comparar con una sala de espera, porque parece que siempre estamos esperando algo, y cuando llega en ocasiones no lo sabemos reconocer, y cuando lo perdemos es cuando nos damos cuenta de lo importante que era. Podía haber sido nuestro billete una emoción nueva, a conocer algo nuevo, pero lo hemos perdido.

Y es que se me viene a la mente la frase de una canción del "Canto del Loco" que dice "todo llega, todo pasa". Es triste ver como a veces perdemos las oportunidades mas importantes de nuestra vida, y seguimos esperando. Pero todo esto son experiencias de las cuales aprendemos.

Un día estás ya como de costumbre esperando ese tren, y le coges, te aferras a esa oportunidad como si fuese tu vida y ahí lo tienes. Lo que dicen es verdad, hay que aprender a bailar bajo la lluvia porque después de la tormenta siempre llega la calma.

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